Veo que hay una gran preocupacion en Ecuador por los llamados IMPUESTOS CONFISCATORIOS.
| ||||||||||||||
Las exacciones tributarias: impuestos, tasas y contribuciones especiales son fuentes de financiamiento del Estado y sus instituciones, para realizar las obras y prestar los servicios que deben satisfacer las necesidades colectivas de sus respectivas comunidades.
La teoría enseña que los impuestos, como el IVA, el IR o el ICE (al valor agregado, a la renta y a los consumos especiales) son cargas que pagamos los contribuyentes sin que conozcamos exactamente en qué se invierten los valores que entregamos. Las tasas constituyen la contraprestación económica que pagamos por el costo estimado y proporcional del servicio público que demandamos y gozamos, como electricidad, agua potable, teléfono, correo y circulación por puentes y caminos (pontazgo y peaje). Las contribuciones especiales permiten a las instituciones del sector público, como el Estado, los consejos provinciales y las municipalidades, recuperar parte de las inversiones realizadas en obras públicas que generan plusvalía a los inmuebles aledaños, cobrándoselas a sus dueños. En general, para la ciudadanía es fácil entender la razón de ser de las tasas y las contribuciones especiales porque puede darse cuenta que recibe un beneficio a cambio de su dinero, aunque a veces le parezcan excesivas. En cambio, no le es fácil identificar lo que recibe a cambio de los impuestos que paga, porque no percibe lo que cuesta la seguridad externa e interna, la educación pública o la burocracia que ha de existir para que funcionen las administraciones públicas, nacionales y locales. Creo que esto último es una de las causas que podrían llamarse normales para tener un cierto rechazo hacia el pago de impuestos, pues la anormal sería querer que se hagan obras que benefician o utilizar servicios que se necesitan sin tener que contribuir. Por razones como esta es que el sistema impositivo de un país debe inscribirse necesariamente en un marco de justicia, en el que la participación de la ciudadanía en el financiamiento de los presupuestos del sector público no erosione la economía familiar. La ruptura del equilibrio de la justicia lleva a la ciudadanía consciente de sus responsabilidades cívicas y morales a conflictos éticos, pues la enfrenta al dilema de o cumplir las normas impositivas, con lo cual desfinancia su economía familiar, o no paga lo que debe y entonces será sujeto a conflictos de conciencia y de sanciones. Para algunos es fácil hablar de promedios, estadísticas y proyecciones sin considerar la situación personal y familiar de las personas que integran el universo de contribuyentes. Cuanto más claras sean las reglas impositivas hay menos posibilidades de fraude y evasión, siendo un ejemplo el IVA, que es una proporción al valor de un bien o un servicio y se paga sin admitir rebajas. ¿Por qué para el pago del impuesto a la renta de los profesionales no se fija una tarifa, sin admitir como ahora ciertas concesiones de rebajas que comienzan por generar dudas y terminan en resultados que luego son juzgados como punibles? Allanar el camino para que la contribución ciudadana al financiamiento de los gastos públicos sea justa y evite conflictos éticos es un desafío cívico para quienes legislan sobre esta materia. ¿Conviene analizar más y profundizar este tema? ¿Sería tan amable en darme su opinión? |
No comments:
Post a Comment